Las brochas son un utensilio indispensable para toda aquella persona a quién le guste maquillarse, pero si no las cuidas  limpias bien, pueden ser un nido de suciedad y microorganismos que no le convienen nada a tu piel.

De hecho, hay estudios que indican que las brochas de maquillaje sucias albergan más bacterias que la taza del baño, algo qué seguro te resulta alarmante. ¿Qué puedes hacer para evitarlo y tener unas brochas relucientes? Toma nota de estos consejos.

Cómo limpiar las brochas de maquillaje paso a paso

Para garantizar que tus brochas de maquillaje están bien limpias, debes lavarlas con regularidad. Esto, además, mejorará la aplicación del maquillaje y alargará la vida útil de tus brochas.

Con jabón o champú natural

  • Se recomienda limpiar una vez a la semana las brochas usadas para aplicar productos húmedos (como el maquillaje líquido) y aquellas que se usan alrededor de los ojos.
  • Las brochas que usas para aplicar productos secos (como maquillaje o el colorete en polvo) en zonas distintas a los ojos debes lavarlas, como mínimo una vez al mes

De acuerdo con la Academia Americana de Dermatología, estos son los pasos a seguir para limpiar las brochas de maquillaje:

  • Enjuaga las puntas de las brochas, una a una, con agua corriente tibia para eliminar los restos de maquillaje. No mojes toda la brocha, pues la humedad repetida en la parte que conecta el cepillo con el mango puede hacer que se despegue.
  • Pon en un recipiente un poco de agua tibia y champú suave y natural (sin tóxicos ni aromas). Gira las puntas de la brocha en el recipiente hasta generar espuma y masajea bien las cerdas con la palma de tu mano.
  • Enjuaga las brochas con agua tibia nuevamente hasta eliminar todos los residuos de jabón. Puedes repetir todo el proceso hasta que el agua salga perfectamente limpia.
  • Seca las cerdas con una toalla limpia y seca o un papel absorbente.
  • Coloca las brochas en posición horizontal encima de una toalla, de tal forma que las puntas queden colgando en el borde de la encimera.
  • Deja que se sequen en esta posición durante la noche.

Con vinagre y limón

Si lo prefieres, en lugar de jabón puedes usar vinagre blanco o vinagre de manzana (dos cucharadas en un vaso de agua caliente). Frota bien la punta hasta eliminar la suciedad y luego enjuágala con agua tibia. A continuación, pasa la brocha por la superficie de un limón cortado por la mitad para eliminar el olor a vinagre. La combinación del vinagre con el limón tiene un gran poder desinfectante y te dejará las brochas con un agradable olor.

Riesgos de usar brochas de maquillaje sucias

Las brochas sucias, además de restos de maquillaje, acumulan sebo y piel muerta, que se convierten en un caldo de cultivo para las bacterias y otros microorganismos que pueden provocar problemas en tu piel y tus ojos.

La suciedad y las bacterias favorecen la obstrucción de los poros y pueden provocar granitos, puntos negros o brotes de acné e irritación en la piel.

Además, los cepillos sucios pueden contener bacterias perjudiciales (estafilococos, estreptococos, E. coli…) o virus, que pueden provocar infecciones.

Debes tener en cuenta que los ojos son una parte especialmente sensible del cuervo y la suciedad puede causar una conjuntivitis o una irritación de los ojos.

Brochas de maquillaje naturales o sostenibles

Además de mantenerlas en buen estado, conviene elegir brochas de maquillaje de calidad, elaboradas con materiales naturales y reciclables.

Muchas brochas están hechas con pelo animal (a menudo de marta o de visón), pero afortunadamente, hoy en día hay muchas alternativas fabricadas con fibras vegetales o sintéticas (como taklon o nailon), que funcionan igual de bien. Al adquirirlas, asegúrate de que tienen una certificación Cruelty Free.

En lo que respecta al mango, fíjate que sea de materiales sostenibles, como el el bambú o la madera.