Las mujeres embarazadas deben redoblar las medidas de prudencia en cuanto a lo que comen o beben, no solo por la seguridad de tu bebé, también por si mismas.
Algunas plantas medicinales que se suelen tomar en infusión puede ser conveniente evitarlas durante este periodo de la vida o, en todo caso, reducir su consumo.
En este vídeo encontrarás 4 plantas que sí se pueden tomar y que además resultan útiles en el embarazo:
Infusiones laxantes prohibidas en el embarazo
Un caso claro es el sen (Cassa angustifolia), que se suele incluir en infusiones laxantes. En el embarazo hay que evitarla a toda costa, pues podría ser abortiva según a qué dosis y está, además, contraindicada durante la lactancia. La puedes sustituir por el malvavisco, de efecto más suave, o por la zaragatona, pero esta a dosis bajas, o por el lino, también a dosis moderadas.
De este tipo de infusiones laxantes, la que aún debes evitar más es la cáscara sagrada, que a dosis moderadas o altas podría provocar contracciones uterinas.
Infusiones vitamínicas y digestivas a prohibidas en el embarazo
En infusiones vitamínicas y remineralizantes se suele incluir la alfalfa. Evítala dado su alto efecto estrogénico. Puedes sustituirla por rosal silvestre, avena o incluso espirulina.
Esta misma razón vale en el caso de dos plantas muy usadas, sobre todo en infusiones digestivas, carminativas y respiratorias: salvia e hinojo, ambas con efectos estrogénicos y muy ricas en aceite esencial.
En otro tipo de infusiones digestivas, destinadas a aliviar la pesadez intestinal y los gases, además del citado hinojo, evita o reduce el consumo de la genciana amarilla, muy amarga, nada idónea luego en la lactancia, la regaliz, la alcaravea, el cardo mariano, la centaurea menor y sobre todo la alholva, ésta última por su supuesto efecto oxitócio y estimulante uterino. Mejor incluir menta, manzanilla, poleo, malva, hierbaluisa, etc., a dosis justas.
Infusiones tranquilizantes prohibidas en el embarazo
Para las infusiones destinadas a problemas nerviosos como el insomnio o la irritación, las hay que conviene relegar o bien usar con prudencia. Es el caso del espino albar, que presenta una ligera actividad uterina, el lúpulo, planta con elevado efecto estrogénico, la rodiola, la piscidia, la pasiflora (por su alto contenido en alcaloides), el guaraná, demasiado rico en cafeína, y sobre todo, la damiana, que podría ser tóxica para el feto.
Sustitúyelas por amapola de California, valeriana, melisa, romero, tilo y otras hierbas relajantes o estimulantes, según sea el caso, siempre a dosis moderadas.
Infusiones ginecológicas prohibidas en el embarazo
En las infusiones ginecológicas se suelen emplear conocidas plantas con efectos estrogénicos y antiinflamatorios, como el mijo del sol, la caléndula (nada que decir por vía tópica), la bolsa de pastor, el sello de oro (estimulante uterino), el ya citado lúpulo y el sauce blanco, este último por el posible impacto negativo del ácido salicílico en el embarazo.
Mejor opta por la menta, la manzanilla de Maó, la artemisa o el sauzgatillo, entre otras.
Infusiones respiratorias prohibidas en el embarazo
Para tus infusiones respiratorias, evita o reduce el consumo de la fumaria, la pulmonaria, el tusílago, el hisopo o la ulmaria.
Puedes optar en tal caso por la menta, el eucalipto, el tomillo o el anís verde, pero siempre a dosis moderadas y nunca prolongadas en el tiempo.
Otras plantas prohibidas en el embarazo
Finalmente, debes evitar a toda costa tomar aceite esencial en gotas, de la planta que sea, incluso a dosis bajas, por prudencia. También determinadas plantas más o menos susceptibles de poder ocasionar problemas, como es el caso de la aspérula, el árnica (sólo por vía externa), el agracejo, la efedra, el enebro, la frángula, el pao d’arco, la nuez de cola, la ruda (sólo por vía tópica), la uña de gato, la cola de caballo y la vinca.
Y, en todo caso, no hay que dejar nunca de informarse en el herbolario de confianza para elegir la mejor fórmula, exenta de todo riesgo. La seguridad del futuro hijo y de la madre es lo prioritario.