Evita el lumbago con ejercicios inspirados en el yoga
El cuerpo humano es como cualquier otro instrumento: si lo usas respetando los límites mecánicos marcados por su propio diseño, el funcionamiento es fino. Pero cuando fuerzas los componentes del instrumento, las piezas se resienten e incluso se desgastan con mayor facilidad y rapidez.
Por eso, el conocimiento del cuerpo es tan importante, ya que entender su diseño y funcionalidad es fundamental para utilizarlo apropiadamente.
Diferentes estudios muestran, por ejemplo, que las hernias discales se producen, principalmente, por una mala higiene postural, y no, como muchos piensan, por un acto traumático. De hecho, aunque este haya existido (como al coger pesos), pudo haber un proceso degenerativo discal previo.
Como explica un estudio en la revista Spine, el disco intervertebral se caracteriza por su escasa celularidad (es pobre en células constituyentes), por la ausencia de vascularización y por carecer prácticamente de nervios. Es decir, tiene poca sensibilidad y por eso suele producir dolor solo en fases degenerativas avanzadas.
Esa degeneración discal usualmente comienza a partir de los 30 años de edad y va debilitando y lesionando progresivamente los discos en silencio. Además, el disco tiene una capacidad reparadora limitada por la escasez de vasos sanguíneos.
Cuida la salud de los discos vertebrales
El proceso degenerativo de los discos está relacionado con la forma en que estos se nutren. El aporte de los minerales esenciales, los fluidos y el oxígeno necesario para el mantenimiento de su metabolismo se produce a través del movimiento y del descanso.
Es decir, depende de nuestros movimientos, de hacer ejercicio regularmente y también de descansar lo suficiente para hidratar los discos intervertebrales.
Por eso, incluso muchas personas que hacen deporte experimentan también dolor lumbar. No han cuidado su higiene corporal en el día a día, y sus lumbares han acabado por resentirse hasta aparecer las lesiones y el dolor. Veamos las causas.
- Posturas inadecuadas. Pasamos demasiado tiempo delante del ordenador, sentados en el coche, en el sofá, encorvados lavando los platos…
- Contracturas musculares. Se deben mayormente al mal uso del cuerpo y a la presencia de patologías de base en la columna, como la afección de los discos intervertebrales.
- Proceso degenerativo. Muchas patologías –como la artrosis– se consideran un proceso natural de la vejez. Pero se ven facilitadas o agravadas por malos cuidados toda la vida.
- Lesiones traumáticas. Incluso estas lesiones, como hemos dicho al principio, pueden ser debidas en parte a un proceso de mal uso corporal.
- Actitud vital. La actitud determina el estilo de vida, la energía de que disponemos, la profundidad respiratoria y la longitud de la columna vertebral a lo largo del día. Por eso, es imprescindible abordar la capa psicoemocional para solucionar las piezas mentales que hayan contribuido a la afectación lumbar, y también para gestionar el dolor de manera constructiva.
Enfoque multidisplinar
El dolor lumbar tiene un origen complejo. Podemos paliarlo con estiramientos, masajes o aplicando calor a la zona afectada, pero así solo tratamos los síntomas. Para ir a la raíz, hay que hacerlo con un enfoque multidisciplinar (yoga, fisioterapia, osteopatía y prácticas psicoemocionales).
Y no olvides que la salud depende de lo que hacemos en el día a día. Los ejercicios que te proponemos te ayudarán a cuidar los discos lumbares.