Llega la primavera y con ella la temida alergia al polen. Temida por como puede llegar a afectar al ritmo de vida diario si sus síntomas se agudizan y se alargan varias semanas.

La alergia es una enfermedad del siglo XXI y más propia de los países desarrollados.  Hace décadas los alérgicos eran pocos y en general niños y gente joven a la que con los años le acababa desapareciendo. La vida a principios del siglo pasado enfrentaba a la población a otras luchas más vitales y el organismo estaba pendiente de sobrevivir a peores sufrimientos. Con el tiempo y con la mejora del estilo de vida de la sociedad, las alergias fueron ganado terreno y ahora son algo habitual. Nuestro sistema inmunitario, por fortuna, no debe librar ahora batallas con ciertos agentes que antes le arrebataban la vida a nuestros antepasados pero justo eso ha hecho que nuestro sistema de defensas esté en general "más relajado" y actúe ante agentes que en realidad no suponen ningún peligro.

Si hoy se estima que el 30 % de la población mundial sufre algún episodio de alergia al polen en algún mo­mento de su vida, la Organización Mundial de la Salud apunta que en 20 años ese porcentaje rondará el 50 %.

¿Por qué ahora hay más alergia al polen?

El cambio climático, la polución y una vida acomodada son probablemente los desencadenante de las alergias. Desde National Geographic apuntan directamente a 5 causas que explicarían este incremento.

1. CAUSAS GENÉTICAS. Juan José Zapata, médico alergólogo al frente del comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC, explica para National que el origen de las alergias es en parte genético y en parte ambiental ya que si tus progenitores no son personas alérgicas, tú tendrás aproximadamente un 15% de probabilidades de serlo; este porcentaje sube al 30% si lo es solo uno de ellos y hasta el 50% de posibilidades si lo son los dos.

2. FACTORES CLIMÁTICOS. En las zonas del planeta donde las lluvias son habituales, los casos de alergia bajan significativamente ya que el polen no se queda suspendido en el aire. En contra, los episodios de sequía favorecen que estas partículas permanezcan en el ambiente por más tiempo.

Lo mismo ocurre con el viento: si no es muy fuerte pero es constante, el viento provoca que el polen esté en suspensión causando más efectos.

Pasa un caso curioso con las tormentas eléctricas ya que los científicos han visto que cuando empieza la tormenta el polen sufre una reacción que lo hace más agresivo y provoca un agravamiento de síntomas en los alérgicos.

3. LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE es un factor clave que ha hecho aumentar el número de alérgicos y a la vez la gravedad de los síntomas. La emisión de partículas contaminantes de los motores diésel altera la estructura del polen, lo hacen más agresivo. Además, la contaminación provoca inversión térmica, no permite que bajen las temperaturas, lo que mantiene el polen en suspensión durante más tiempo .

4. LOS NIÑOS Y SUS DEFENSAS.

Algunos investigadores apuntan a que el aumento de partos por cesárea ha provocado a lo largo de las últimas décadas un aumento de los casos de alergia en los niños. La falta de contacto con la microbiota del canal vaginal de la madre al nacer ha demostrado modificar la microbiota de los recién nacidos de esta forma en comparación a los nacidos por parto vaginal cosa que altera su equilibrio inmunológico. Además, los niños de ahora pasan poco tiempo al aire libre, tienen poco contacto con animales y viven en ambientes de extrema higiene lo que hace que su organismo sea mucho más reactivo ante agentes externos que en principio deberían ser inofensivos.

5. CAMBIO CLIMÁTICO.

Los estudios demuestran que la concentración de polen en el ambiente es ahora muy superior a hace 45 años. La temperatura global en el planeta es más alta y eso es determinante: los inviernos cada vez son menos fríos y esto afecta a la floración y polinización de las plantas: los árboles que antes no polinizaban en los meses fríos, ahora sí lo hacen ya que la temperatura no los regula. Así, las estaciones polínicas se han adelantado, duran más y son más intensas.

CÓMO prevenir LA ALERGIA

Ante el aumento de personas alérgicas  y también de la duración de los síntomas de alergia, lo mejor que podemos hacer es tomar precauciones para que nos afecte lo menos posible.

Puedes intentar prevenir los ataques de alergia con estas pautas:

  • Evita estar al aire libre en las horas donde la concentración de polen es más alta: a primeras horas de la mañana cuando el polen asciende con las corrientes cálidas y antes del anochecer, cuando estos granos descienden por la bajada de la temperatura.
  • Utiliza gafas de sol y ponte mascarilla para salir a la calle si los síntomas son intensos.
  • No tiendas la ropa al aire libre para evitar que el polen se adhiera a las prendas.
  • Pasa el aspirador en lugar de barrer y limpia los muebles con un paño húmedo.
  • Utiliza filtros de polen en los sistemas de aire acondicionado en casa y en el coche.

Remedios naturales para la alergia al polen

También hay remedios eficaces para controlar síntomas como la rinitis, la conjuntivitis o los problemas respiratorios provocados por el polen que pueden llegar a ser muy molestos. Los remedios caseros naturales y las plantas son una buena opción:

  • Prepara una infusión con hojas secas de ortiga. Utiliza una cucharada de hojas para una taza de agua. Dos tazas de esta infusión al día pueden ayudar a prevenir reacciones alérgicas y aliviar síntomas como picazón, goteo nasal y mucosas irritadas.
  • El aceite de eucalipto también puede ayudar con la alergia al polen o la fiebre del heno. Agrega una gota de aceite de eucalipto a una cucharada de aceite de oliva. Aplica en la entrada de la nariz con la ayuda de un bastoncillo para descongestionar los senos nasales.
  • Vinagre de manzana: regula el pH del cuerpo y alivia los síntomas de la alergia. Pon una cucharada de vinagre en un vaso de agua y diluye con un chorrito de zumo de limón y miel. Puedes beber esta mezcla de vinagre de manzana tres veces al día. Recuerda que nunca hay que beber vinagre puro, ya que el ácido puede irritarte la garganta y atacar el esmalte dental.